¿Qué es la Membresía en la IBJ?
La membresía es un compromiso para identificarse formalmente e invertir fielmente la vida en la iglesia a través de una participación alegre, un servicio activo y una asistencia regular y constante. Significa una voluntad de someterse y rendir cuentas a la autoridad de los pastores y ancianos (Hebreos 13:17), e incluye una promesa de amar, animar, enseñar, amonestar, consolarse y exhortarse unos a otros con el deseo de ver a cada uno crecer en piedad y madurez cristiana. Por último, representa una responsabilidad de invertir tiempo, energías y recursos en el progreso del Evangelio. [Para más información de clic]
¿Puedo ser miembro en línea?
La membresía es para aquellos que pueden comprometerse fielmente a reunirse con el cuerpo local de creyentes aquí en la IBJ en Av. Martín Carrera 227, Col. Martín Carrera, Alc. Gustavo A. Madero en la Ciudad de México. Creemos que la membresía requiere un compromiso de servirse y edificarse mutuamente, creciendo y madurando bajo el cuidado e instrucción del pastoreo local, lo que solo es posible estando juntos presencialmente. Sin embargo, a quienes nos siguen a distancia los consideramos hermanos y amigos amados con quienes, en lo posible, estamos dispuestos a mantener una relación de cordialidad, apoyo y hermandad en Cristo.
¿Se requiere el bautismo para ser miembro de la IBJ?
Sí. Jesús ordena que todos los creyentes sean bautizados, y desobedecer este mandamiento muestra una falta de sumisión a Cristo y a Su iglesia. Además, el bautismo está estrechamente relacionado con la membresía en el Nuevo Testamento. Ambos van juntos, por lo que solo los creyentes bautizados son elegibles para convertirse en miembros de la IBJ.
¿Por qué son necesarios dos cursos básicos para ser miembro?
Consideramos que es necesario conocer bien esta congregación en cuanto a su historia local, así como su línea doctrinal para que pueda tomar una decisión correcta e informada.
¿En qué cree y qué predica la IBJ?
Puede leer y descargar la ‘Declaración de Fe’en nuestra página, así como también ‘Lo que enseñamos’ en los siguientes vínculos:
¿Puedo congregarme en la IBJ sin ser miembro?
Si. La membresía no es excluyente ni limita el acceso a la Prediciación o enseñanza de la Palabra de Dios para quienes no deseen ser miembros formales. Cualquier persona será bienvenida a nuestros servicios generales salvo algún caso particular de disciplina por cuidado y protección de la iglesia.
¿Cuáles son los grupos de compañerismo?
Con grupos de compañerismo no referimos a los circulos de discipulado de acuerdo a edades y etapas de vida provistos por la IBJ. En estos espacios se provee enseñanza bíblica así como espacio para el compañerismo y koinonía entre los asistentes. Estos son los discipulados para: Matrimonios, Varones, Damas, Adultos mayores (Calebs), Jóvenes e Iglesia infantil.
¿Puedo asistir a los grupos de compañerismo aún sin ser miembro?
Si. Los grupos de compañerismo estan abiertos para recibir instrucción bíblica.
¿Puedo servir en la IBJ sin ser miembro?
No. El servicio en la IBJ es el primer beneficio de ser miembro comprometido con esta familia de la fe.
¿Puedo solicitar y recibir consejería sin ser miembro?
Si. Sin embargo, la atención pastoral en consejería tiene como prioridad a los miembros formales de la congregación por lo que la atención estará sujeta a la disponibilidad de los ministros en los días y horarios que estos señalen. Estas son sesiones únicamente presenciales.
¿Puedo solicitar que un ministro de la IBJ oficie mi ceremonia matrimonial sin ser miembro?
No. El acto matrimonial oficiado por la IBJ es un privilegio exclusivo para los miembros. Al menos uno de los contrayentes deberá ser miembro para recibir este servicio, siempre y cuando se realice en el Señor y dentro de los parámetros bíblicos establecidos por Dios para la unión matrimonial.
¿Se puede perder la membresía de la iglesia?
Si. El incumplimiento con el pacto y compromiso de membresía, después de platicar y analizar el caso, podría ser causa para ser retirado indefinidamente del listado de miembros. Por otro lado, de acuerdo a Mateo 18:15-20, un creyente puede dejar de ser considerado miembro de la iglesia por falta de arrepentimiento ante una práctica pecaminosa o insana contra la iglesia del Señor y será considerado como un "gentil y publicano", es decir, un inconverso.
Sin duda, después de la salvación, una gran bendición es el estar unidos como miembros del cuerpo de Cristo, es decir, la iglesia. Y la forma en que creemos que se expresa formalmente el compromiso con el cuerpo de Cristo es la membresía. La enseñanza bíblica sobre la membresía se puede ver en los siguientes principios:
Los primeros modelos de membresía en la iglesia. Pablo escribió a Timoteo para darle instrucciones específicas sobre cómo dirigir la iglesia y en 1 Timoteo 5:9-10, Pablo instruye a Timoteo para que continúe haciéndolo. La iglesia local de Éfeso conocía los detalles sobre las personas de su iglesia para poderlas pastorear de manera efectiva. Las personas estaban asociadas con iglesias locales específicas, considere a Febe, la diaconisa de la iglesia de Cencrea (Romanos 16:1) estaba claro para Pablo que esta mujer pertenecia a dicha iglesia local. Además, la iglesia primitiva mantenía listas para ayudarles a identificar quién estaba y quién no.
La responsabilidad del liderazgo de la iglesia requiere la membresía. Los ancianos tienen la responsabilidad de pastorear un rebaño específico formado por el pueblo entre ellos (1 Pedro 5:1-12). Para que esto suceda, tiene que haber un rebaño claramente identificable del que un anciano es responsable de pastorear, no puede ser simplemente cualquiera que pasee por las puertas de la iglesia un domingo. La membresía hace que el cumplimiento de esta responsabilidad sea viable y sostenible. Además, existe una relación implícita entre los ancianos y los miembros de la iglesia. El pastoreo implica una relación, y los creyentes están llamados a imitar la fe de aquellos que Dios ha puesto en el liderazgo espiritual (Hebreos 13:7, 17). Imitar implica conocer bien a tus líderes y comprometerte a compartir la vida con ellos. En 1 Timoteo 5:3-8 Pabllo insta a Timoteo a cumplir su responsabilidad de ayuda a "los suyos" y a los de "su casa" com grupos definidos y específicos.
La disciplina de la iglesia requiere la membresía. El objetivo de la disciplina de la iglesia es siempre la restauración (Mateo 18:15-17). La disciplina de la Iglesia debe practicarse con el deseo de llamar a los creyentes al arrepentimiento y restaurarlos a la santidad y la comunión con la iglesia. La Biblia establece procesos de disciplina dentro de la congregación. Sin embargo, una persona no puede ser ayudada en disciplina por la iglesia si nunca perteneció oficialmente a ella. Para que la disciplina de la iglesia funcione de la manera que Dios ha ordenado, la membresía de la iglesia tiene que estar en su lugar.
Los mandamientos "unos a otros" exigen la membresía. Hay más de cincuenta "unos a otros" en las Escrituras. A Dios le importa mucho como interactuamos el uno con el otro. Estamos llamados a ser devotos los unos a los otros (Romanos 12:10), a reprendernos unos a otros (1 Tesalonicenses 5:14), a servirnos unos a otros (1 Pedro 4:10), perdonarnos unos a otros (Efesios 4:32) y a llevar las cargas los unos de los otros (Gálatas 6:2), solo por nombrar algunos. Estos mandamientos exigen un compromiso con una iglesia local. ¿A quién te dedicas? ¿A quién estás sirviendo? ¿De quién estás soportando las cargas? Debes conocer a otros creyentes, y debes conocerlos bien. Esto no funciona sin el compromiso de participar en la vida de otros creyentes. En otras palabras, los "unos a otros" solo funcionan consistente y efectivamente con aquellos con los que estás comprometido y con aquellos que están comprometidos contigo.
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En un día en el que el compromiso es algo raro, no debe sorprendernos que la membresía en la iglesia tenga tan poca importancia en la lista de prioridades de muchos creyentes. Tristemente, no es extraño para los cristianos cambiarse de iglesia a iglesia, sin someterse en ningún momento al cuidado de ancianos y sin comprometerse en ningún momento con un grupo de creyentes.
No obstante, descuidar—o rehusarse a cumplir con—la responsabilidad de unirse a una iglesia como un miembro formal, refleja un entendimiento erróneo de la responsabilidad del creyente para con el cuerpo de Cristo. Y también aparta a uno de las muchas bendiciones y oportunidades que fluyen de este compromiso. Es esencial que todo cristiano entienda qué es la membresía de la iglesia y por qué es importante.
La definición de la Membresía en la Iglesia
Cuando un individuo es salvado, se vuelve miembro del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:13). Debido a que está unido a Cristo y a los otros miembros del cuerpo de esta manera, él está calificado para volverse miembro de una expresión local de ese cuerpo.
Volverse miembro de una iglesia es comprometerse formalmente con un cuerpo local de creyentes, que se puedan identificar, que se han unido con propósitos específicos, divinamente ordenados. Estos propósitos incluyen recibir instrucción de la Palabra de Dios (1 Timoteo 4:13; 2 Timoteo 4:2), servir y edificarse unos a otros mediante el uso apropiado de dones espirituales (Romanos 12:3-8; 1 Corintios 12:4-31; 1 Pedro 4:10-11), participar en las ordenanzas (Lucas 22:19; Hechos 2:38-42), y esparcir el evangelio a aquellos que están perdidos (Mateo 28:18-20). Además, cuando uno se vuelve miembro de una iglesia, se somete a sí mismo al cuidado y la autoridad de los ancianos bíblicamente calificados que Dios ha colocado en esa asamblea.
La base para la Membresía en la Iglesia
Aunque la Escritura no contiene un mandato explícito a unirse formalmente a una iglesia local, una base bíblica para la membresía en la iglesia se encuentra a lo largo del Nuevo Testamento. Esta base bíblica puede ser vista claramente en: (1) el ejemplo de la iglesia primitiva; (2) la existencia del gobierno de la iglesia; (3) la práctica de la disciplina en la iglesia, y (4) la exhortación a la edificación mutua.
El ejemplo de la Iglesia Primitiva
En la iglesia primitiva, venir a Cristo era venir a la iglesia. La idea de experimentar salvación sin pertenecer a una iglesia local no se encuentra en el Nuevo Testamento. Cuando individuos se arrepentían y creían en Cristo, eran bautizados y añadidos a la iglesia (Hechos 2:41, 47; 5:14; 16:5). Más que simplemente vivir un compromiso privado con Cristo, esto quería decir unirse formalmente con los otros creyentes en una asamblea local y dedicarse a sí mismos a la enseñanza de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan, y la oración (Hechos 2:42).
Las epístolas del Nuevo Testamento fueron escritas a iglesias. En el caso de las pocas escritas a individuos — tales como Filemón, Timoteo y Tito—estos individuos eran líderes en iglesias. Las epístolas del Nuevo Testamento demuestran que el Señor daba por sentado que los creyentes estuvieran en asambleas que se congregaban, no aislados de la asamblea local.
En el Nuevo Testamento también hay evidencia de que tal como había una lista de viudas que eran candidatas para apoyo financiero (1 Timoteo 5:9), también pudo haber habido una lista de miembros que creció conforme había personas que se salvaban (cf. Hechos 2:41, 47; 5:14; 16:5). De hecho, cuando un creyente partía de una ciudad dada a otra, la iglesia en la ciudad que estaba dejando, frecuentemente escribía una carta de recomendación a la iglesia en la que ahora se volvería un nuevo miembro (Hechos 18:27; Romanos 16:1; Colosenses 4:10; cf. 2 Corintios. 3:1-2).
En el libro de Hechos, gran parte de la terminología encaja únicamente con el concepto de membresía formal en la iglesia. Frases tales como “toda la multitud” (Hechos 6:5), “la iglesia que estaba en Jerusalén” (Hechos 8:1), “los discípulos” en Jerusalén (Hechos 9:26), “en cada iglesia” (Hechos 14:23), ”los ancianos de la iglesia” en Efeso (Hechos 20:17), señalan algún tipo de membresía reconocible en la iglesia con límites claramente establecidos (vea también 1 Corintios 5:4; 14:23; y Hebreos 10:25).
La existencia del Gobierno de la Iglesia
El patrón consistente a lo largo del Nuevo Testamento es que cada cuerpo local de creyentes debe ser supervisado por una pluralidad de ancianos. Los deberes específicos dados a estos ancianos presuponen un grupo claramente definido de miembros en la iglesia que están bajo su cuidado.
Entre otras cosas, estos hombres piadosos son responsables de pastorear al pueblo de Dios—los creyentes que constituyen la iglesia local—(Hechos 20:28; 1 Pedro 5:2), trabajar diligentemente entre ellos (1 Tesalonicenses 5:12), guiarlos (1 Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 5:17), y velar por sus almas (Hebreos 13:17). La Escritura también enseña que los ancianos darán cuenta a Dios por los individuos encomendados a su cargo (Hebreos 13:17; 1 Pedro 5:3).
Estas responsabilidades requieren que haya una membresía que se puede distinguir, que sea comprendida mutuamente en la iglesia local. Los ancianos pueden pastorear a las personas que constituyen el rebaño y dar cuenta a Dios por su bienestar espiritual sólo si saben quienes son; los ancianos pueden proveer supervisión sólo si saben exactamente por quienes son responsables; y pueden cumplir su deber de pastorear el rebaño sólo si saben quién es parte del rebaño y quién no lo es.
Los ancianos de una iglesia local específica no son responsables por el bienestar espiritual de todo individuo que visita la iglesia o que asiste esporádicamente. Más bien, son primordialmente responsables por pastorear a aquellos que se han sometido a sí mismos al cuidado y la autoridad de los ancianos, y esto es llevado a cabo a través de la membresía de la iglesia.
Al mismo tiempo, la Escritura enseña que los creyentes deben de someterse a sus ancianos. Hebreos 13:17 dice, “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos.” La pregunta para el creyente que no es parte de una congregación o que no es miembro es, “¿Quiénes son sus líderes?” El que ha rehuado unirse a una iglesia local y encomendarse al cuidado y la autoridad de los ancianos no tiene líderes. Para esa persona, la obediencia a Hebreos 13:17 es imposible. Expresado de una manera simple, este versículo implica que todo creyente sabe a quién se debe someter, lo cual, como consecuencia, supone una membresía en la iglesia claramente definida.
La disciplina en la Iglesia
La práctica de la disciplina en la iglesia de acuerdo a Mateo 18 y otros pasajes (1 Corintios 5:1-13; 1 Timoteo 5:20; Tito 3:10-11) presupone que los ancianos de cierta iglesia sepan quiénes son sus miembros. Por ejemplo, los ancianos de la IBJ no tienen ni la responsabilidad ni la autoridad de disciplinar a un miembro de la iglesia que se congrega a unos metros de distancia en la misma calle. Tristemente, la falta de entendimiento de la membresía en la iglesia está tan esparcida que ha hecho necesario que nuestros ancianos en la iglesia disciplinen no sólo a miembros formales sino también a aquellos que se congregan regularmente en la IBJ. No obstante, la enseñanza de la Biblia en referencia a la disciplina de la iglesia da por sentado la membresía en la iglesia.
La exhortación a la Edificación Mutua
El Nuevo Testamento enseña que la iglesia es el cuerpo de Cristo, y que todo miembro del cuerpo es llamado a una vida entregada al crecimiento del cuerpo. En otras palabras, la Escritura exhorta a todos los creyentes a edificar a los otros miembros al practicar los “unos a otros” del Nuevo Testamento (por ejemplo, Hebreos 10:24-25) y ejercer sus dones espirituales (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:4-7; 1 Pedro 4:10-11). La edificación mutua sólo puede llevarse a cabo en el contexto del cuerpo colectivo de Cristo, y las exhortaciones a este tipo de ministerio presuponen que los creyentes se han comprometido con otros creyentes en una asamblea local específica. La membresía en la iglesia es simplemente la manera formal de hacer ese compromiso.
Conclusión
Vivir un compromiso con una iglesia local involucra muchas responsabilidades: ejemplificar un estilo de vida piadoso en la comunidad, ejercer los dones espirituales de uno en servicio diligente, contribuir financieramente a la obra del ministerio, proveer y recibir amonestación con mansedumbre y en amor, y participar fielmente en la adoración colectiva. Se espera mucho, pero mucho está en juego. Ya que sólo cuando todo creyente es fiel a este tipo de compromiso, la iglesia es capaz de vivir de acuerdo a su llamado como la representante de Cristo aquí en la tierra. Dicho de una manera simple, la membresía importa.
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- Cuatro razones por las que la Membresía en la Iglesia es Bíblica
- Predicación de Doctrinas Fundamentales: La Membresía de la Iglesia (Video)
- Cinco pasos para ser miembro
- Preguntas frecuentes
1. Cursos básicos para Membresía
La IBJ a diseñado dos cursos considerados como indispensables para quien desee formar parte de la membresía local. Inscríbase y asista a todas las clases de los cursos "Conociendo mi Congregación" y "Un buen principio" impartidos por el ministerio de Doctrina de la IBJ.
*Acérquese al módulo de Doctrina para conocer las próximas fechas y horarios e inscribirse.
2. Conozca más y testifique
Una ves haya terminado los cursos básicos de membresía, siga los siguientes artículos:
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- Lea "Lo que creemos" en nuestra iglesia: En línea| Descargar (PDF)
- Lea "Lo que enseñamos" en nuestra iglesia: En línea | Descargar (PDF)
- Lea el "Pacto de Membresía": En línea | Descargar (PDF)
- Lea la "Afirmación de compromiso": En línea | Descargar (PDF)
- Escuche el sermón sobre el bautismo en agua, "El bautismo, un pacto con Dios": Escuche en línea
- Escriba su testimonio de Nuevo Nacimiento: Instrucciones y muestra de testimonio (PDF)
3. Solicitud de membresía/bautismo
Solicite su formato de "Solicitud de membresía/bautismo" en la Oficina Pastoral en los días de servicio general en los siguientes horarios:
- Martes - 6:30 pm a 7:00 pm
- Miércoles - 6:30 pm a 7:00 pm
- Domingo - 11:00 am a 11:30 am
Mediante esta solicitud, después de haber leído nuestros distintivos doctrinales, nos hará saber su intención formal de ser parte de la membresía de la iglesia local así como su afinidad doctrinal y disposición a someterse al pastoreo local.
4. Entrevista pastoral
Póngase en contacto con el diácono encargado de su grupo de compañerismo o acuda a la Oficina Pastoral para entregar su "Solicitud de membresía/bautismo" y programar una entrevista con uno de los Ancianos de la congregación. En esta entrevista, además de entregar su testimonio escrito de Nuevo Nacimiento se le podrá responder a cualquier pregunta que tenga. Para aquellos que no estén bautizados en agua, en esta entrevista se podrá programar una fecha para su bautismo.
5. Reunión de Membresía
Aquellos que terminen el proceso de membresía serán bienvenidos como miembros de la IBJ en el próximo servicio de Membresía. En este servicio habrá una breve recepción para dar la bienvenida a todos los nuevos miembros, y al cierre del mismo, estos entregarán firmados el Pacto de Membresía y Afirmación de compromiso con el cuerpo local de la IBJ. A partir de este momento podrán participar del servicio activo dentro de la congregación para aportar sus dones y talentos para la edificciación mutua de conformidad a su llamado y vocación.
Recuerde que realizar el proceso de membresía de la IBJ es un acto totalmente libre, voluntario y personal.
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La membresía en la iglesia es importante porque ayuda a definir la responsabilidad del pastor y las autoridades de la Iglesia. Hebreos 13:17 ordena: "Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta". ¿A quién va a rendir cuentas un pastor, sino a los miembros de su propia iglesia? Él no es responsable por todos los cristianos en el mundo, sino por aquellos que están bajo su cuidado. Asimismo, él no es responsable por todas las personas en su comunidad, sino por los creyentes bajo su liderazgo, los miembros de su iglesia. La membresía en una iglesia local es una forma de colocarse voluntariamente bajo la autoridad espiritual de un pastor.
La siguiente pregunta sería ¿a qué pastores deben obedecer los creyentes?¿A todo pastor del mundo o de la ciudad, sin importar quien sea? Si alguien autodenominado pastor se acerca a algún creyente en la calle ¿podría darle instrucciones y este debería obedecerle si o si? La membresía ayuda al creyente miembro a definir claramente quiénes son las autoridades espirituales a quienes debe obediencia.
La membresía en la iglesia también es importante porque, sin ella, no puede haber una rendición de cuentas o disciplina eclesiástica. 1 Corintios 5:1-13 enseña a la iglesia cómo tratar con el pecado evidente y sin confesar, manifestado en ese momento. En los versículos 12-13, las palabras, fuera y dentro, se usan en referencia al conjunto de la iglesia. Sólo juzgamos a quienes están "dentro" de la iglesia, a los miembros de la iglesia. ¿Cómo podemos saber quién está "dentro" o "fuera" de la iglesia sin un registro oficial de membresía? Ver también Mateo 18:17.
La membresía en la iglesia es una manera de identificar a alguien con un conjunto local de creyentes y de rendir cuentas a buen liderazgo espiritual. La membresía en la iglesia es una declaración de solidaridad y de una forma de pensar similar (ver Filipenses 2:2). La membresía en la iglesia también es valiosa para propósitos organizacionales. A los cristianos no se les exige que sean miembros de la iglesia. Es simplemente una manera de decir: "Yo soy un cristiano, creo que esta iglesia es una buena iglesia y deseo comprometerme con ella".