“porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad),” Efesios 5:8-9 LBLA

La luz debe brillar en medio de las tinieblas para dar dirección al perdido. Esa es una encomienda que Jesucristo le dejó a su Iglesia, brillar en la oscuridad como la luz de una antorcha, de un faro, brilla en lo alto. Y el apóstol Pablo nos dice en que consiste esta luz,: caminar en bondad, justicia y verdad.

Hoy el mundo esta en una densa oscuridad y es urgente que como Iglesia avivemos en nuestro interior el llamado que tenemos a ser luz, de tal manera que afianzados y firme es en la VERDAD que es su palabra, podamos caminar en JUSTICIA siendo firmes en nuestras convicciones y teniendo misericordia de quienes están necesitados a fin de que podamos tener BONDAD haciendo y diciendo aquello que es correcto, que da gloria a Dios y ayuda a nuestro prójimo.

Sí, como la luz de un faro que en medio de la tormenta no se mueve por que está firme en la roca, cuya luz es constante y confiable y, ademas, da esperanza y consuelo al que sentía que estaba por ahogarse.

No dejemos que las tinieblas nos consuman, no permitamos que la oscuridad nos envuelva con sus influencias, temores y maneras de pensar, somos hijos de la Luz, no de la oscuridad y las obras de la Luz somos llamados a practicar, brillemos con gran fuerza cuando las tinieblas envuelven con tanta confusión y miedo a la humanidad; la Iglesia tiene luz, la luz mas poderosa, la luz que creo el universo, y por ello sabe cual es su destino, por que de la Luz de Cristo salimos y a la luz de Cristo volvemos.