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10 Julio

Ayudados hasta la meta

Written by  Alejandro Corzo

“estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Filipenses 1:6

La iglesia del principio aprendió a vivir con plena paz y esperanza debido a la certeza de esta quinta y última doctrina de la Gracia, conocida como La Perseverancia de los Santos, la cual enseña que Dios mismo, por su Espíritu Santo, trabaja en el auxilio de sus escogidos para no quedar postrados en el camino, de tal manera que todo su pueblo llegue a la vida eterna con Cristo y ninguno se pierda. Para ponerlo simple, esto significa que: “Una vez salvo siempre eres salvo.”

La Palabra de Dios está llena de pruebas de esta hermosa verdad. Tristemente muchos lo niegan y creen que las personas pueden perderse y salvarse muchas veces, y que nunca puedes estar seguro de tu salvación; si esto fuera así entonces la salvación no está en manos de Dios sino del hombre, Dios seria infiel a su promesa y su sacrificio no sería suficiente.

Una vez convertido, cada creyente se mantiene eternamente seguro por las tres personas de la Trinidad. A todos los que Dios conoció de antemano y predestinó en la eternidad pasada, glorificará en la eternidad futura. Ningún creyente abandonará a Dios o se apartará. Cada creyente está firmemente retenido por las manos soberanas del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, y nunca se perderá. Ninguna de las ovejas por las cuales Jesús dio su vida perecerá. El Espíritu Santo sella de manera permanente en Cristo a todos los que atrae a la fe. Una vez nacido de nuevo, no podría no haber nacido. Una vez creyente, ninguno puede convertirse en incrédulo. Una vez salvo, ninguno puede dejar de serlo.

Todavía pecamos, tropezamos, nos debilitamos, pero los escogidos seremos levantados por el Espíritu de Dios para continuar. Dios nos preservará en la fe para siempre, y perseveraremos hasta el fin. La Perseverancia de los Santos nos recuerda que no estamos en una carrera de velocidad sino de distancia, nos cansaremos, nos agotaremos y muchos sentirán que no pueden más, pero podemos descansar en que Él va con nosotros; prometió estar siempre a nuestro lado para que, por su auxlio, por sus méritos, por su Gracia, lleguemos al encuentro final con Él.

“y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” Juan 10:28.

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