El consejo bíblico a los padres es que estos sean los responsables de la crianza y disciplina de sus hijos. Si esto es así, el consejo bíblico es aplicable en todos los tiempos y en todas las áreas de la vida, por tanto, los padres somos responsables de ejercer nuestro privilegio de guiar, instruir, corregir, prevenir, y educar a nuestros hijos desde su infancia hasta el día que dejen el hogar.
El mundo ha tejido un plan para evitar que esto suceda y ha desarrollado un sistema para evitar al máximo la influencia positiva de los padres sobre los hijos; los medios ,así como la internet, las redes sociales, la música y los centros educativos han sido y están siendo las principales armas para alejar a los hijos de dicha influencia. Aunado a esto está el desgane, desánimo o desinterés de los padres de involucrase activamente en dicha crianza y disciplina que Dios nos ordena, está provocando que los hijos crezcan débiles y frágiles en la fe y en su firmeza de carácter.
Los padres que conformamos la iglesia de hoy podemos revertir o resistir volviendo al modelo bíblico de educación en casa, para dar a nuestros hijos la disciplina, que no es castigo sino corrección; y la crianza, que es guíanza e instrucción en los valores y cosmología cristiana así como proveerles herramientas de conocimiento académicas. Muchos padres piensan que esto nos es posible por que estamos acostumbrados a que otros lo hagan por nosotros (aunque es posible ser ayudados por otros que tengan más capacitación y entendimiento, pero siempre que compartan nuestra misma fe y visión) pero la Biblia es confiable en todo, y si nos dice que los padres podemos educar, debe ser cierto posible y positivo. Solo tenemos que creerlo y atrevernos a hacerlo.
Dios ha a capacitado a cada padre y a cada madre para educar a sus hijos en la Palabra de Dios y por lo menos en los primeros años de estudio, hasta que estos tengan madures de carácter y convicciones más firmes. Es tiempo de que la iglesia vuelva a las sendas antiguas aún en esto y eduquemos en casa a nuestros hijos.
