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24 Marzo

Equilibrio bíblico en la pandemia

Written by  Alejandro Corzo

“Salió la peste por el mundo, y mientras caminaba por un pequeño sendero rumbo al pueblo que estaba en frente, se topó con un campesino quien al verla se llenó de asombro ante su aspecto repugnante. Atemorizado se atrevió a preguntarle:

            —¿Quien eres?

            —Soy la peste —respondió entre dientes.

            —¿Y qué haces por aquí? — preguntó el hombre titubeante.

            —Voy a matar a mil personas en aquel pueblo — y sin decir más siguió avanzando a paso firme dejando al campesino detrás mirándole temblorosamente mientras la peste se alejaba.

            Esa noche el campesino fue despertado abruptamente por los gritos de terror que se escuchan a lo lejos en el poblado, el llanto de hombres, mujeres y niños era casi insoportable. Esa noche el pobre hombre no pudo dormir, sólo agradecía por estar lejos y se compadecía de las mil personas que irremediablemente morirían.

            Cuando ya amanecía, unos golpes secos sonaron en la puerta de la choza del campesino. Cuando abrió la puerta era su compadre, débil y sollozante le dijo:

            —Compadre, no sabes lo que ha pasado, la peste entró anoche a nuestro pueblo y ha matado a diez mil de nuestros paisanos.

            El campesino se sorprendió y asustó de pronto, no obstante, indignado salió al camino a encontrar a la peste. Después de caminar largo tiempo la miro a lo lejos y le gritó:

            —¡Hey, peste! Quiero hablar contigo

            La peste giró pesadamente sobre sus pies y se le quedó mirando sin expresión, fríamente, esperando su reclamo.

            —Tú dijiste que sólo matarías mil personas en el pueblo, y han fallecido diez mil. ¡Eres un ser malvado que no tiene palabra!

            La peste alejo su mirada de aquel hombre y antes de continuar su camino indiferente, le dijo lo siguiente al campesino:

            —Yo mate sólo mil personas... las otras se murieron de miedo.”

Me queda claro la realidad de la situación mundial provocada por la aparición y manifestación del Covid-19. No negamos su existencia, no negamos su mortandad (aunque es menor que otras enfermedades que afligen a la sociedad), y no negamos su propensión a tener rápida expansión.

            Es una pandemia que ha afectado a más del 80 por ciento de las naciones del mundo y, aunque no es un virus que sea letal en la mayoría de los casos, ya hay casi 300,000 personas contagiadas y más de 12,000 muertes registradas. 

            Los efectos de este virus han puesto en estado de alarma a todos los países y provocando estados de pánico en miles de personas en el mundo.

            Los países europeos han cerrado sus fronteras lo mismo que muchos países centro y sudamericanos.

            Estados Unidos, nuestro país vecino, se encuentra prácticamente en un estado de emergencia y casi aislamiento total, sabemos, por ejemplo, que el estado de California, comenzando por la ciudad de San Francisco, ya tiene prácticamente toque de queda donde las personas después de las 10 de la noche no pueden estar fuera de su hogares a menos que estén solas, haciendo ejercicio, paseando a sus mascotas o comprando alimentos o medicinas; sabemos que centros de diversión, restaurantes, empresas del gobierno y muchas de la iniciativa privada ya han suspendido actividades presenciales. La estrategia ha llegado al punto que ciudades como Las Vegas o Nueva York, ciudades que “nunca duermen”, han bajado las cortinas, apagado las luces y cancelado toda actividad en sus recintos y calles.

            En lo que toca en las iglesias, el país del norte ha declarado que estas disminuyan sus actividades y no tengan reuniones de más de 10 personas, lo que ha llevado a que muchas iglesias opten por la transmisión on linede su cultos y reuniones.

        México, por su parte, lleva tan solo un par de semanas de atraso en relación a Estados Unidos en cuanto a la aparición del primer caso de coronavirus, así como de las acciones al respecto. A la fecha, sabemos que son ya más de 200 casos detectados y un par de fallecidos. No obstante, la curva de contagio continúa al alza. En cuanto a las acciones del gobierno, este ha lanzado ya una campaña de prevención por todos conocida: Lavarse las manos constantemente, usar gel anti bacterial, no saludar de beso, evitar el contacto físico, estornudar en la parte interna del codo y no salir de casa amenos que sea indispensable.

         Se han suspendido clases prácticamente por 40 días, todos los empleados del gobierno han sido mandados a casa, centros de diversión como estadios, parques, arenas y teatros que alberguen eventos para más de 1,000 personas han sido cancelados. Muchos restaurantes han reducido el servicio al 50% de su capacidad para evitar aglomeraciones al igual que muchos bancos sólo dejan entrar a tres o cuatros personas a realizar movimientos en sus sucursales.

           Ahora, ante este panorama, ¿que de la iglesia? ¿Cual debería ser nuestra posición o forma de actuar? Creo que es importante tratar de responder a este cuestionamiento. ¿Que nos dice la Palabra de Dios o la historia de la iglesia para poder tomar acciones y tomar una posición clara ante la emergencia?

         Antes de responder quisiera enfatizar el efecto que una situación cómo está provoca en la psique de las personas. Cuando una amenaza, real a verdadera, se cierne, es inevitable que la capacidad de razonamiento se disperse, es decir, podemos ser presa del miedo, de la incertidumbre y aún, como en este caso, de la mala información, lo que provoca que actuemos de una manera visceral dejándonos llevar por las emociones cayendo en un síndrome de ansiedad.

         Y como ya sabemos, la ansiedad despierta una reacción un tanto animal, pues somos víctimas de nuestra propia naturaleza, secretando ciertas sustancias bioquímicas como la adrenalina, entre otras, y es entonces que nos preparamos para pelear o para escapar. Y esas son las reacciones que yo miro en las poblaciones donde el coronavirus ha hecho presa, y en México ese es el ambiente que yo discierno, por uno lado están los que parece que se preparan para pelear y se envalentonan minimizando la situación, diciendo que no pasa nada, que son exageraciones, que detrás de todo esto hay una conspiración política, religiosa o de grupos secretos de poder o algo similar; se preparan para pelear vaciando los centros comerciales, haciendo compras de pánico de manera violenta arrebatando los víveres como si viniera la tercera guerra mundial.  En el otro lado del espectro están los que quieren escapar, los que son víctimas de un miedo que los paraliza, los aprisiona, los angustia a tal punto que no quieran salir de sus casas y si es posible sellar ventanas y puertas con gusto lo harían. Son los que compran de manera irracional no solo lo que pudiera necesitarse ante la emergencia sino lo que su ansiedad les propone imaginando una historia probable a suceder todavía mas terrible. Son los que el miedo hace que su corazón lata con mas fuerza, que suden frío y se les valla el aliento ante la amenaza.

          Esa realidad social me lleva a hacer una alegoría con lo que miro en las personas cristianas, donde también detecto ambas manifestaciones de reacción. Por un lado están los osados, los temerarios, los bravucones del evangelio, los atrevidos, los que consideran que sólo con la fe esta crisis pasará, los que tachan de cobardes a los que opinan que deberíamos seguir las indicaciones de las autoridades, son esos que se sienten ofendidos y piensan que lo que ocurre es una ataque del diablo contra la iglesia y el evangelio y por lo tanto no deberíamos tomar en cuenta ninguna recomendación pues todo es obra de satanás. En contraste, veo a cristianos demasiado asustados y que, a pesar de tener en sus labios un “Dios cuida de nosotros”, están cayendo en las mismas prácticas de pánico y están a favor de que la iglesia se paralice completamente ante la amenaza presente.

          Con lo anterior en mente, quisiera compartirte mi análisis a la luz de algunas reflexiones bíblicas. Quisiera compartir lo que la Palabra tiene que decirnos y en base a ella qué posición o decisiones tomaré yo en lo personal con mi familia, las sugeriré en la congregación y dejaré luego a la conclusión que cada uno tenga. Teniendo claro que la Palabra es el mejor refugio que tenemos en medio de cualquier eventualidad.

  • El coronavirus es creación de Dios 

            Por principio, debemos creer que este microorganismo o agente infeccioso como también se le llama, denominado Covid-19 fue creado por Dios, Él es el creador de todas las cosas qué hay o se manifiestan sobre la tierra. 

            El Dios creador de este virus, es el mismo Dios que nos creó a nosotros y a quien reconocemos como Señor del universo manifestado en plenitud en Jesucristo, si esto así es, entonces el coronavirus fue creado por Jesucristo mismo, nuestro Señor y salvador, quien es Creador de lo visible e invisible, incluyendo a los virus.

  • La manifestación de este virus no es algo extraño para Dios

¿Porque debemos tener paz como cristianos? Por que debemos estar seguros que el plan de Dios se está cumpliendo, este virus, como todos los que han habido a lo largo de toda la historia, no han sido extraños al plan de Dios, sino al contrario, son parte de un propósito mayor. Así que, si en el plan de Dios está que este virus nos encuentre y contagie, aún eso será también con propósito y debemos confiar en el plan superior y soberano de nuestro Señor.

  • La Biblia hace referencia a las epidemias llamándoles plagas

La palabra plaga, viene de una raíz griega que significa literalmente “golpear”, así una plaga es aquello que “golpea” de manera letal un pueblo o nación. Por lo tanto, la presente pandemia que está golpeando al mundo es una plaga moderna. 

            En la Biblia vemos innumerables veces la aparición de plagas que diezmaban al pueblo de Israel o a las naciones paganas, muchas de estas plagas no se describe exactamente como eran o como se manifestaban, como la plaga de langostas o de ranas que cayó sobre Egipto, sencillamente dice que vino una plaga y mató a tantos miles sin dar más detalles al respecto, muchas veces sólo llegaban matando con fiebre y enfermedades, y muchas de esas plagas, así como aparecían se iban, sin duda era Dios permitiendo la manifestación de virus o bacterias para cumplir con sus propósitos soberanos. Y así ha sido en toda la historia de la humanidad.

  • ¿Porque aparecen plagas, según la Biblia?

La respuesta a esta pregunta, la mayoría de las veces, es por la idolatría o por la desobediencia del hombre a Dios y su Palabra, por duro que parezca, es parte del juicio de Dios sobre la dureza de corazón del hombre hacia Él.

  • El Covid-19 inició por ignorar el consejo bíblico de no comer carne de animales inmundos

Como se sabe, este virus es una mutación de un virus qué hay en los murciélagos y que, por alguna razón, pasó al ser humano mutando para afectar y alimentarse de las células humanas y así dar inicio a la presente pandemia que vivimos.

            Se sabe que Wuhan, la ciudad china donde comenzó todo, tiene mercados de animales húmedos, es decir, recién muertos que sin ningún tipo de refrigeración son vendidos de manera insalubre; entre esos animales, es muy buscado el murciélago para hacer desde ricas sopas hasta asados con este animal al que la Biblia le llama “inmundo”.

            No solo entendemos el origen del coronavirus, sino también entendemos con más claridad que las razones por las que Dios prohíbe comer ciertos animales, no es un asunto de religión, legalismo, pecado o superstición, sino un asunto de salud, pues Dios, el Creador de todo, sabe que microorganismos habitan dentro de cada ser vivo y cuáles de estos pueden ser dañinos para el ser humano.

  • La indicación de lavarse con agua y aislarse es la mejor por ser bíblica

La mejor recomendación que se tiene y se sabe es lavarse continuamente las manos con agua y jabón, y aislarse para no contagiarse o contagiar a otros; y es la mejor no solo por sentido común o descubrimiento sanitario, sino por que es la misma recomendación bíblica para tener buena salud. Aunque la mayoría de las referencias en el Pentateuco son sobre la lepra o flujos, sabemos que eran consideradas una plaga por ser altamente contagiosas, así que bien pueden representar a cualquier enfermedad viral o bacteriana que se contagia con el contacto y nos enseña cómo pueden ser tratadas.

            Por esta razón es que el pueblo de Israel históricamente siempre ha salido bien librado de grandes plagas en la historia, pues de manera cultural practican el principio sugerido por la Biblia. Aquí es digno de ser mencionado que Israel es la una nación que ha manejado muy eficientemente la presente pandemia ¿la diferencia? El conocimiento del consejo bíblico de lavarse y aislarse.

  • Evitar y prepararnos ante el peligro es un consejo bíblico

Pensemos por un momento, Dios le advirtió a Noé que vendría un diluvio y Noé construyó el arca para salvación de su familia. Y cuando la tormenta llegó, él estaba protegido dentro del arca, pero seguro disfrutando de su familia.

            Dios le advirtió a José de la terrible hambruna que vendría y José se preparó y ahorró almacenando semilla en los graneros. Y cuando la hambruna llegó, él y su familia tenían todo lo necesario por que no fueron necios ignorando la realidad de la emergencia.

            Dios advirtió a José y María sobre la matanza de los niños y huyeron sacando a Jesús de Israel y llevándolo a Egipto para salvarle la vida. Una vez más, vemos a Dios llevando una familia a aislarse para escapar del peligro.

            Pablo fue advertido de que buscaban matarle y no se quedó a ver a que hora llegaban por él, accedió a escapar escondido en una canasta.

            Queda claro la conveniencia de ser prudentes y no retar la suerte ante un enemigo que ni conocemos ni vemos como es el Covid-19. Por ello creo que es momento de seguir el consejo bíblico de manera más puntual tomando en cuenta los siguientes versículos:

            Habiendo expuesto lo que la Biblia nos aporta tan claramente al momento presente que estamos viviendo, quiero expresar lo que he decidió hacer como padre de familia y como pastor a cargo de una iglesia, en el entendido de que mi decisión impactará a los que me rodean.

            Es importante mencionar que además de la Biblia, he consultado la historia y esta me ayudado a entender la posición de la iglesia ante situaciones similares. He sido profundamente inspirado por los cristianos ante la peste Antonina y la epidemia de Cipriano en época del imperio Romano, por los cristianos en Washington ante la peste española de 1918, el proceder de Charles H. Spurgeon ante un brote terrible de Cólera en 1854, la Gran Plaga de Londres del siglo XVII que los Puritanos enfrentaron, pero la que más me impactó e inspiró fue la posición del gran reformador Martín Lutero cuando su región fue invadida por la peste bubónica, quien en una carta abierta deja claro su posición equilibrada y valiente de cuidar su salud y ayudar a quien lo necesite. (Puedes mirar mas información en las ligas que dejo al final). 

Sabemos que aún ahora muchos negocios y empresas se encuentran vacilantes ante el hecho de suspender actividades preocupados por las ganancias financieras que esto pudiera significar, cuanto más nosotros debemos considerar que el cierre total de la iglesia no es en absoluto recomendable cuando algo mucho más grande que la ganancia de dinero está en juego, y eso es el lugar y momento donde Dios prometió estar para bendecir y fortalecer a su pueblo.

Las autoridades en todos los países donde se ha declarado cuarentena, han recomendado no salir de sus casas, a menos que alguno de la familia tenga que hacerlo para buscar alimentos o medicamentos, es decir, lo que es necesario para subsistir; en ese contexto yo agregaría, y para ir a la iglesia a buscar el rostro de Dios, el único que nos puede dar alimento para nuestro espíritu y medicina para nuestro corazón.

  • Mi consejo es que todas las personas que presenten síntomas como dolor de cabeza, flujo nasal, tos seca y fiebre, con enfermedades como diabetes, cáncer, hipertensión arterial o alguna otra que afecte el sistema respiratorio, se sientan en libertad de quedarse en casa y ver los cultos por internet. 
  • De manera especial, quisiera recomendar a todos los hermanos y hermanas mayores de 65 años que se abstengan de asistir a los cultos públicos a  por ser los vulnerables en esta pandemia. Según Naftali Bennet, ministro de defensa del Estado de Israel, en la estrategia de Israel para combatir la pandemia; la clave está en separar a las personas más vulnerables de la juventud. "La combinación más letal es cuando una abuela abraza a su nieto",declaró. Creo que es una medida sabia y confiable. Quédense en casa y desde ahí sigan la transmisión de internet.
  • Así mismo recomiendo a los padres con niños menores de 5 años que consideren dejarlos en casa. Que, si han de asistir, venga sólo uno de los padres mientras el otro, cuida a los pequeños.
  • Ante la contingencia que se encuentra nuestro país, quiero recomendar a cada congregante orar y que cada persona tome su decisión, bajo ninguna presión o coacción, según la luz de sus consciencias y sus mejores opiniones.
  • Si la crisis creciera al punto de mantenernos en casa como una orden restrictiva gubernamental, transmitiremos los cultos totalmente por internet apelando también a que cada padre de familia mantenga la impartición de la Palabra y la oración, no obstante, esto será siempre y cuando la situación de la pandemia lo amerite y las autoridades lo indiquen.

Quisiera ahora dirigirme a mis hermanos mas radicales, les insisto, no estamos ante un ataque a nuestra fe, no es una persecución religiosa como para usar de manera equivocada el texto que dice “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 4:19) pues ese pasaje está en un contexto de prohibición de predicar a Cristo por causa de una persecución directa a la iglesia, pero en este caso en una condición temporal mientras pasa la emergencia, además, les exhortó a entender que la proclamación del Evangelio no se detiene bajo ningún concepto, pues en casa, con los vecinos o los amigos que tenemos cerca estamos ante la gran oportunidad de usar esta pandemia como pretexto para predicarles, estamos experimentando aunque sea de forma temporal, el regreso de la iglesia a las casas como fue en el principio, además, el modelar carácter de obediencia a las autoridades y paz en medio de las adversidades, es un mensaje cristiano en sí mismo. Recuerden lo que dijo el predicador:

Conviene también hoy más que nunca tomar en cuenta el apropiado consejo poético del profeta Isaías que recomienda el aislamiento temporal ante manifestaciones de crisis: 

            A mis hermanos presas del pánico, les digo que no es correcto terminar aislado por miedo, si tenemos que aislarnos, que sea por entendimiento y no por miedo, pues el temor es también en sí mismo una plaga, una peste que puede terminar por contaminar, no tu cuerpo sino tu alma y tu fe. Está confirmado que el temor y la ansiedad debilitan el sistema inmunológico, así que permanecer atemorizado o deprimido nos hace potencialmente más proclives a contraer contagios, no permitamos entonces que el temor nos domine. 

            La Palabra de Dios dice que el verdadero amor echa fuera el temor, y el amor de Dios se ha manifestado a través de Cristo Jesús, así que no debe ser el miedo lo que nos mueva a hacer compras de pánico, a desesperarnos y llenarnos de angustia, a no poder dormir por imaginar un desastre mayúsculo, a no considerar las necesidades de nuestro prójimo o permanecer juzgando a los demás mientras nosotros estamos enclaustrados. Llenémonos de la Paz que sobre pasa todo entendimiento pues si Dios quiere que un virus llegue a nosotros ni la muralla más elevada va impedir que así suceda. Por ello, si te encuentras sano y libre de aquellos factores de riesgo, atrévete a salir por lo menos un día a la semana, el día del Señor, este día pertenece a Él y no a nosotros, si creemos que Dios es Soberano y cuida de los que le buscan, confía que Él te guardará para poder alabarle con libertad y disfrutar de Su Palabra.

”Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

            Finalmente, quiero terminar con una pregunta que muchos se están haciendo ¿Habrá vacuna para este virus?

           Se sabe que chinos, judíos y estadunidenses ya están trabajando en ello, y no lo hacen solo por razones humanitarias sino también económicas, saben que es una carrera para lograr una patente que les dejará millonarias ganancias. No obstante, si seguimos los consejos de la Biblia obtendremos la vacuna, para los hijos de Dios, esa vacuna está a nuestro alcance, no de nuestra cartera, sino de nuestra fe:

             Dios ha prometido librarnos de toda plaga, pero para ello hay que ponernos bajo la sombra del Altísimo, por muchos siglos no se sabia a bien quién era el Altísimo, hasta que se confirmó con la manifestación del Hijo de Dios, Jesucristo, Él es la representación máxima de Dios, la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9), por lo tanto, la expresión del Altísimo es nuestro gran Señor y Salvador Jesucristo. Metámonos bajo Su refugio y estemos confiados. Jesucristo está vivo y vela a favor de su pueblo que Él mismo compró con Su sangre preciosa. Si estamos convencidos de Su salvación, entonces no importa cuán grande sea la tribulación o la prueba, Él cumplirá su propósito en nuestras vidas sin falta. Seamos equilibrados, prudentes y caminemos confiando en que Dios tiene todo bajo su control soberano y camina de nuestro lado. 


Fuentes:

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