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01 Agosto

La Ascención de Cristo. Su importancia escatológica

Written by  Alejandro Corzo

En la obra de Cristo hay tres momentos críticos, por así llamarlos: Su muerte, Su resurrección y Su Ascención. De estos tres del que menos se habla es sobre la Ascención.

La doctrina de la Ascención es una doctrina importante y vital para el creyente pero se habla poco de ella. Antes de explicar su trascendencia veamos muy rápidamente la muerte y la resurrección.

Doctrina de la Redención:

Sin duda, la muerte o crucifixión del Señor es nuclear cuando hablábamos de la obra del Señor, pues en Su muerte se pagó el precio de nuestra justificación. Es Su muerte donde la ira de Dios es aplacada por medio de la sangre del Cordero que toma nuestros pecados y redime así nuestra existencia, la justicia de Dios se cumple y, por los méritos de Cristo, nosotros tenemos acceso a la vida eterna. El plan de salvación diseñado por el Padre se consuma.

Doctrina de la Resurrección:

 La muerte del Hijo de Dios fue el pago por nuestra salvación, ya no hace falta nada más; pero se necesitaba una evidencia que lo comprobara, es decir, un certificado que no dejará duda de que el que murió era Dios dando Su vida por el rescate de los Suyos y esto ocurre en la resurrección. Pero no solo es la certificación de la redención, sino además, es una promesa y declaración de que aquellos que aquellos que fueron redimidos por Su muerte, también resucitarán como Él.

 En la resurrección Jesús se levantó de entre los muertos con un cuerpo glorificado, es decir, no es la resurrección de un ente espiritual, resucita con un cuerpo físico, solo que transformado, glorificado

Jesús resucita con cuerpo, esto es muy importante, ya que así como Jesucristo resucitó también los suyos resucitaremos con un cuerpo glorificado. Por ello Jesucristo es la primicia de los que durmieron. 

También es importante notar que fue el Padre, por el poder del Espíritu Santo, quien le levantó de entre los muertos; el Padre es quien lo levantó dándole un cuerpo glorificado, dejando patente que Jesús es el Mesías prometido.

Si el Padre es quien le levantó de los muertos, también significa que el Padre recibió el pago del rescate de Jesús, la resurrección es el recibo de que nuestros pescados fueron pagados, la factura visible de que el Padre recibió ya la justificación, la expiación y el testimonio de que nuestros pecados fueron perdonados.

Doctrina de la Ascención: 

Muchas veces concebimos la Ascención solo como el acto en que Jesucristo, desde Betania, después de dar ciertas instrucciones a Sus discípulos, comienza a elevarse al cielo y se pierde en la nubes de la vista de Sus seguidores, pero la transcendencia de la Ascención es mucho más que el acto sobrenatural y milagroso de volar en los aires hacia el Reino del Padre.

Cuando Jesús resucita no se dejó tocar por María Magdalena, la Biblia dice que Jesús le dijo, “suéltame”, o “no me toques”, “para de hacerlo”, “no me retengas”, “pues necesito ir al Padre”; esta declaración es una afirmación de que todavía faltaba algo para que el camino del Mesías terminara. Esta Ascención, no declara que Él es el Mesías, eso queda claro en Su resurrección, pero la Ascención es la exaltación, es el acto donde necesita regresar al Padre para ser coronado, exaltado, entronado. En la Ascención es donde Jesucristo es sentado a la diestra del Padre en lugares celestiales.

En la Ascención ocurren básicamente dos cosas:

        1. Jesucristo es sentado como Rey a la diestra del Padre.
        2. Es exaltado para recibir Nombre sobre todo nombre.

JESUCRISTO ES ENTRONADO COMO REY.

Su Ascensión es el ministerio de Su coronación como verdadero Rey. Por eso no necesitamos más rey en la Tierra, pues nuestro Rey ha sido ascendido a la máxima autoridad. 

La Ascención es el cumplimiento del Salmo 110.

La Ascención es el cumplimiento de la bendición del Padre a nosotros por medio de Jesucristo, y esto ocurre en la Ascención y el entronamiento de Jesucristo como Rey.

La profundidad de la palabra Ascención en esta doctrina, que desde los días de los reformadores ha sido enseñada a al iglesia, no es el hecho de que Jesus se elevó a los cielos, más bien es una referencia a los reyes de la Tierra que, literalmente, ascendían sobre una escalinata para sentarse en sus tronos y ser coronados. Así que la imagen que debería venir a nuestra mente cuando hablemos de la Ascención del Señor, como cristianos, no debería ser la del levantamiento a las nubes en Betania, sino la del entronamiento, la exaltación como Rey de nuestro Señor para sentarse a la diestra del Padre para recibir toda autoridad:

JESUCRISTO ES EXALTADO SOBRE TODO

Lo segundo que ocurre es que Jesucristo es exaltado sobre todo y sobre todos, Él es ya, no solo por Su naturaleza divina, sino por Su mérito al vencer el pecado, la máxima autoridad en el universo y fue ascendido a los cielos para ratificarlo.

En la Ascención entonces, se le da la corona a Cristo como Rey, pero se le da toda la autoridad, todo el dominio, toda la majestad y se cumple a cabalidad lo descrito en Filipenses. 

El que está siendo coronado es el Dios Hombre, la humanidad de Cristo, Jesús en cuerpo glorificado que está recibiendo la gloria y la coronación. Así entonces Jesús Cristo es el primer ser humano que es glorificado.

Elias o Enoc, aunque fueron arrebatados, no fueron glorificados ni exaltados al trono del Padre, ellos fueron sombra o figura de Cristo ascendido, pero el único que es primicias es Jesucristo.

Nosotros al igual que Cristo, así como resucitó, seremos ascendidos y llevados con el Padre con nuestros cuerpos físicos pero glorificados. Nosotros no esperamos un reino celestial espiritual o fantasmal, sino físico para disfrutado con cuerpos glorificados como Jesucristo.

A Jesucristo lo coronan como Rey, pero al exaltarlo como toda autoriadad, también lo establecen como Sumo Sacerdote para interceder a favor de nosotros mientras llega el tiempo de nuestra Ascención y glorificación.

UNA IGLESIA BENDITA POR LA ASCENSIÓN DE JESUCRISTO

La bendición, en el pensamiento hebreo, nos lleva a la imagen de besar íntimamente a alguien, cuando dice que Dios nos ha bendecido la idea es de que nos besa, y esto es a través del Cristo ascendido a la diestra del Padre, pero también el texto dice que nosotros podemos bendecir al Padre, es decir, besarlo y tener comunión cercana a través de nuestra adoración.

Pero lo más grande del pasaje es que dice que nos ha bendecido con TODA bendición, esto significa que ya recibimos toda la bendición. Aveces estamos pidiendo bendición, cuando ya la recibimos completa del Padre. HOY ES TIEMPO DE DECLARARLA Y DISFRUTARLA. 

No dudemos de que el Padre quiere bendecirnos, para eso esta el Señor Jesucristo a la diestra, para que esa bendición sea una realidad en nosotros, a pesar de pruebas, tribulaciones, enfermedades y contrariedades, debes creer con toda tu alma que el Padre quiere bendecirte.

Ahora, cuando dice que ya fuimos bendecidos, obviamente no es porque ya hayamos nosotros ascendido a la diestra del Padre, no estamos sentados nosotros con Jesús, pues Dios no comparte Su gloria con nadie, pero al ser nosotros parte de Cristo, al ser bendecido Jesús en Su ascensión y entronamiento, nosotros, por la fe en Cristo, hemos sido también bendecidos junto con Él, no para gobernar con el Padre, sino para obtener Su justificación.

LA DOCTRINA DE LA ASCENCIÓN ES ESCATOLÓGICA

La Ascención de Jesucristo es en sí misma una doctrina escatológica, o quizá, el comienzo de la misma, pues la Ascención nos hace notar que el Rey está en Su trono para que nosotros, Sus súbditos, lo esperamos con alegría y prediquemos Su Reino hasta Su venida,

Creer en Jesús es creer en Dios el Padre, es creer en el Hijo, aquel que nos puede llevar al Padre, no solo porque lo predicó, sino por que Él ya está con el Padre preparándonos un lugar para estar con Él. Y es creer en el Espíritu Santo que nos prepara para recibir el Reino de nuestro Rey ahora en nuestros corazones por la transformación de Su Palabra, y estar firmes en la promesa de Su venida donde, no solo seremos arrebatados a las nubes, sino ascendidos para sentarnos al diestra de Jesús por la eternidad.

Jesucristo ya caminó toda la ruta para llegar al Padre, para que nosotros ahora caminemos esa misma senda, incluyendo la resurrección y la Ascención para estar en el Reino del Padre en las moradas que Jesucristo nos fue a preparar con su resurrección y Ascención.

Casa: En griego “oikia”, se refiere a una administración o economía. También se refiere a un templo. Por lo que se puede traducir también “en el templo de mi Padre”, lo que nos conecta con Apocalipsis donde nos indica que seremos columna en el templo del Señor.

Morada: En griego “monaí” más que referirse a una habitación física se refiere a una permanencia, más que referirse a un cuarto o a un techo, da la idea de una habitación permanente, es decir, dejar de ser peregrinos o nómadas y poder estar en un lugar permanente, es la idea de estar en un lugar donde estaremos para siempre, es cumplimiento del último versículo del salmo 23. 

 El cielo, aunque bien es cierto que es un lugar donde estaremos con un cuerpo físico glorificado, lo más maravilloso es que será un estado permanente, eterno.

Lo que Jesús está diciendo entonces, es una promesa de vida eterna para Sus escogidos. No solo una recompensa de recibir algo, sino que lo que recibiremos será permanente, eterno, sin fin. 

La casa del Padre entonces es el Reino de Dios donde habitaremos, y las moradas, el estado permanente de Su promesa en la vida eterna por medio de Jesucristo, muerto, resucitado y ascendido.

Cuando dice que Jesucristo está haciendo morada para nosotros, queda claro que nosotros vamos a ir al Padre. No que el Padre va a venir a nosotros, es una clara referencia al arrebatamiento, donde seremos resucitados o transformados para ser ascendidos como Cristo para ir al Padre, a Su casa. La iglesia va a subir como Cristo subió. Por ello Jesucristo declara que el irá a preparar lugar para nuestra Ascención y estar para siempre con Él. 

Cuando Cristo en Juan 14 declara voy, se refiere a un viaje, y esta declaración es la idea de que el final de Su viaje es llegar al Padre y preparar un lugar permanente para nosotros. El viaje de Cristo es entonces Su Encarnación, Su muerte, Su resurrección y Su Ascención para llegar al Padre y prepáranos un lugar donde Él este, en la casa eterna del Padre.

LA DOCTRINA DE LA ASCENSIÓN NOS DEBE LLENAR DE GRAN GOZO

La Ascención de Jesús produjo grana gozo en Sus discípulos, algo entendieron que les dio gran alegría y esperanza. Les fue mostrado, o quizá enseñado por Cristo mismo, sabían que Su Rey ahora sería entronado y Su Sumo Sacerdote comenzaría la gran intercesión por Sus discípulos hasta el día de Su venida.

Este es un mensaje de gran esperanza y gozo para la iglesia de hoy.

El Cordero inmolado es Cristo crucificado, la doctrina de Su Redención. El Cordero de pie es la doctrina de la Resurrección.

Siete cuernos, siete ojos, león de la tribu de Judá y la raíz de David, es Cristo ascendido, coronado como rey y establecido como Sumo Sacerdote. Es la suma de la doctrina de la Ascención.

Así como la resurrección es la certificación de Su expiación en la cruz, la Ascención es la certificación del poder de Su resurrección, y esto nos debe llevar a ser una iglesia elevada en nuestras convicciones, elevada en nuestra esperanza, elevada en nuestra manera de vivir en el mundo, elevada en nuestra manera de pensar por que un día seremos elevados a los cielos, pero también elevados en nuestra naturaleza y eternidad. Mientras ese día llega, elevémonos en nuestra santidad y manera de pensar. El apóstol Pablo declara que si realmente creemos en el Cristo resucitado, entonces caminaremos buscando al Cristo Exaltado:

 La gran y última promesa es que así como CRISTO ascendió al trono del Padre, nosotros ascenderemos con Él y nos sentaremos con Él en Su Trono.

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