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06 Julio

¿Cómo enfrentar nuestros temores?

Written by  Alejandro Corzo

“Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho. Y les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad. Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de Él aquella hora. Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras.”

Marcos 14:33-36 LBLA

Será mejor que pongas cuidado cuando vallas a la playa, no sea que un tiburón te muerda, mejor quédate en la seguridad de la orilla.

Sería mejor que nunca vueles en avión, nos sea que un grupo terrorista secuestre el avión en donde viajas. Mejor quédate en la seguridad de la tierra… pero no, no, no por favor, tampoco viajes en auto o autobús, no sea que un árbol gigantesco caiga a la mitad de la carretera.

Y si acaso piensas ahorrar, no lo hagas en el banco, no sea que valla a venir una crisis financiera y te quedes sin dinero, tampoco lo hagas en la bolsa, puede que mañana haya una quiebra global y pierdas todo, pero por favor tampoco lo guardes debajo del colchón, no sea que tu casa se incendie y te quedes sin nada… mejor para no correr riesgos no ahorres.

Pero que será de tu futuro, en unos años te puedes quedar sin trabajo y cuando eso ocurra, ¿que será de tu familia? No vas a poder alimentar a tus hijos… así que mejor no tengas hijos.

¿Y si no eres lo suficientemente bueno para tu esposa a causa de no tener ahorros y perder tu trabajo? Mejor no te cases así evitaras la pena de sufrir a causa del divorcio.

Pero, vas a vivir solo, ¿cómo vas a enfrentar la soledad? Puedes comprarte un perro. Pero se te va a morir cuando los saques a pasear y lo atropellen. Así que mejor no lo saques a la calle.

Y cuando envejezcas con tu perro, seguro te pondrás senil y perderás la memoria y ni tus ahorros, ni tu trabajo, ni tus hijos, ni tu perro estarán para ti… terminarás comiendo de la compasión de un extraño...

Esta es la perfecta descripción de el hermano de la preocupación: El temor. El temor es como los dragones que asechan en la oscuridad detrás de la puerta del closet. Ahí en las cuevas de nuestra mente y de nuestro corazón.

Son como el dragón que enfrento Daniel en uno de los capítulos adicionales de los escritos apócrifos (Bel y el Dragón). Un dragón atemoriza al pueblo, se paraliza la ciudadanía a causa del dragón que habita en la cueva a las afueras de la ciudad, los sacerdotes del dragón dejan claro que es terrible, enorme, furioso y letal. Que en cualquier momento ha de salir de la cueva y destruirá a todos. A menos que le den ofrendas de comida y riquezas. Todos ven el fuego que cada noche sale de la cueva y escuchan el rugido de la bestia. Nadie se atreve a salir de noche ni acercarse a la cueva, prefieren temblar en sus casas mientras juntan toda la comida que cada cierto tiempo los sacerdotes del dragón colectan. Solo ellos son lo suficientemente audaces para subir a la cueva y entregar aquella ofrenda para calmar la ira del Dragón. Sin embargo, el miedo no disminuye, pues el dragón ahí continúa rugiendo y bufando en la oscuridad de la cueva.

De manera similar, todos tenemos tenemos dragones que nos asechan y atemorizan, están ahí, en el interior de nuestra mente y de nuestro corazón, nos paralizan, y lo más terrible, también nos piden ofrendas, ofrendas de tiempo, de emociones y sentimientos, nos piden que les entreguemos nuestros sueños, nuestros planes, nuestra fuerza.

¿Cual es tu mayor temor? ¿Miedo a fracasar en publico, a perder el trabajo, miedo a las alturas, a no encontrar a la esposa ideal, a no tener buena salud, temor a quedarte atrapado, ser abandonado u olvidado, temor a nos ser suficientemente bueno?

 

Prudencia vs. Paranoia

La línea que separa y distingue una actitud prudente de la vida en paranoia puede ser muy delgada. Es muy importante conocder e idenficar las diferencias entre estas. A continuación te dejo algunos ejemplos que espero te puedan ayuda para lograr distinguir.

 

  • La prudencia usa el cinturón de seguridad. La Paranoia evita viajar en carro.
  • La prudencia lava con jabón las manos. La paranoia evita el contacto con todas las personas.
  • La prudencia ahorra para la vejez. La paranoia nos hace acumuladores de basura.
  • La prudencia se prepara y hace planes. La paranoia se deja llevar por el pánico.
  • La prudencia hace que usemos chaleco salvavidas y disfrutemos del agua. La paranoia se queda en la orilla temblando de frío.
  • La prudencia hace que usemos tapabocas y nos vacunemos si es necesario. La paranoia nos aísla y hace que nos hospitalicemos al menor tosido o dolor de cabeza.

 

El temor puede ser algo legítimo

Los miedos, usualmente, son reales y nacen de preocupaciones legítimas. Pero si se no se controlan convierten en 'monstruos' no invitados, en 'dragones' en el armario, en las cuevas de tu corazón y de tu mente. Dragones que se convierten sencillamente en obsesiones.

Jesús, también enfrentó dragones, es decir, también se enfrento a temores.

Muchos pueden sentirse incomodos con esta idea; ¿cómo es posible que digamos que Jesucristo, siendo Dios tuvo temores? Pero es una realidad que en vez de incomodarnos nos hace sentir confiados, pues si Jesús tuvo temor, entonces puedo identificarme con Él, y lo mejor, también entiende que yo tenga temor.

“comenzó a afligirse y a angustiarse mucho. Y les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte;“ Marcos 14:33

Jesús pasó por un momento de grande temor y angustia, no fue algo pequeño o trivial. Fue realmente monstruoso. Algunas biblias traducen que se puso pálido, otras traducen que tuvo terror, deprimido y confuso, triste y angustiado, triste, pero muy triste. Nosotros nunca hemos visto a Jesús de esta forma. Ni en la tormenta de Galilea, ni ante el endemoniado gadareno, ni al borde del despeñadero en Nazaret. Nunca lo habíamos visto con sus ojos tan abiertos a causa del temor. Pero, ¿qué llenó a Jesús de tanto temor? La Biblia dice que tenía algo que ver con una copa.

 

Identifica tu temor

El temor que afligia el alma del Señor Jesucristo era la copa que tenia que beber. ¿Por qué ? Era una copa terrible de sufrimiento, de juicio, de muerte, la copa de la ira de Dios.

“Así dice tu Señor, el Señor tu Dios, que contiende por su pueblo: He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, el cáliz de mi furor, nunca más lo beberás.” Isaías 51:22 LBLA

“Porque así me ha dicho el Señor, Dios de Israel: Toma de mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío.” Jeremías 25:15 LBLA

“...él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero.” Apocalipsis 14:10 LBLA

Estos miedos son reales y nacen de preocupaciones legítimas. Pero si se no se controlan convierten en 'monstruos' no invitados, en 'dragones' en el armario, en las cuevas de tu corazón y de tu mente. Dragones que se convierten sencillamente en obsesiones.

Jesús, también enfrentó dragones, es decir, también se enfrento a temores.

 

Es importante que la verbalices, abre las cortinas y expone tus miedos, que la luz desvanezca tus dragones como a vampiros. Tus temores financieros, profesionales, familiares, tus temores relaciónales, por la seguridad, etc.; simplemente nómbralos en la oración; ¡sácalos afuera de tu mente y páralos delante de Dios para que reciban su merecido!

Jesús expresó Sus temores ante el Padre, la Biblia dice que:

 

“Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente;” Hebreos 5:7 LBLA

 

Ora sinceramente

Jesús, en el getsemaní, no solo identificó y acepto Su temor sino que también lo enfrentó. Su arma fue una oración sincera de no más de 18 palabras, fue una oración franca y sincera. Sin pompa, sin una oración grandilocuente, ni estructurada religiosamente, fue al asunto directo de su temor. No oró como un 'santo' con palabras rebuscadas, si no como un niño en las rodillas de su papá. Así puedes orar tu también, directo al asunto que te tiene agobiado, no te preocupes de oraciones elaboradas, el escucha tu corazón aun cuando tus palabras sean breves y balbuceantes ante la presión, la angustia, la persecución.

 

Persiste en la oración

“Entonces Jesús llegó* con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a sus discípulos: Sentaos aquí mientras yo voy allá y oro. Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si esta no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras.” Mateo 26:36, 42, 44 LBLA

Jesús ora más de una vez, fue insistente en poner en claro cual era su miedo. Oremos de manera sencilla pero constante, eso dejará claro cual es tu miedo, no lo esconderás.

 

Descansa confiadamente en tu Padre

Él confió en la fuerza, en la sabiduría, en el plan perfecto del Padre. El sabía que el Padre tenía control del asunto aunque Él en apariencia no. La oración es la práctica de sentarse en las rodillas del Padre sabiendo que es el Padre quien tiene control del asunto. 

La copa de la enfermedad, de la traición, del colapso financiero, de la falta del trabajo, de la soledad,  del conflicto, del futuro, de la vejez, etc. Bébela como Jesús bebió la propia, pero hazlo confiando en que la voluntad del Padre será al final correcta, adecuada y buena. Una oración así de sencilla, constante y de confianza diciendo: “No se haga mi voluntad sino la tuya” preparó a Cristo para mirar de frente su temor más profundo.

 

Busca con quién hablar

El temor se alimenta de la oscuridad, se alimenta de la soledad. Muchas veces no hablamos de nuestros temores por que témenos que se hagan realidad, eso es superstición. O muchas veces témenos que sean tonterías y se vallan a burlar de nosotros, pero eso mismo alimenta el temor; así que sácalo a la superficie y busca amigos que sean maduros o familiares con quien expresarlos. Busca tus propios 'Pedros', 'Jacobos' y 'Juanes'. Quizá no te entiendan del todo, quizá no te den consejo u opinión, quizá se queden dormidos como los amigos de Jesús, lo importante es que no vivas solo con tu temor.

 

Tenemos ventaja en Cristo Jesús.

Como seguidores del Señor tenemos una maravillosa ventaja para enfrentar nuestros temores: ¡Sabemos que todo va a salir bien! Cristo no se ha movido de Su Trono, Él sigue ahí intercediendo por nosotros. Y eso es maravilloso, nos debe de dar seguridad al y confianza. Además, no se ha borrado de la Biblia Romanos 8:28

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.” Romanos 8:28 LBLA

Recuerda solamente tres grandes ejemplos de la Biblia:

El plan malévolo contra Jose vendiéndolo como esclavos, resultó en la preservación de su familia.

La persecución y repatriación de Daniel a Babilonia lo llevó a un puesto importante del gobierno.

Y la entrada frágil de Jesucristo al mundo, por medio del vientre de una virgen a punto de casarse, fue el inicio del plan que redimió a la humanidad a travez de su muerte y resurrección.

Creámosle a Dios y a su palabra: No hay ningún desastre que sea finalmente fatal. Creámosle al apóstol Pablo cuando nos dice acerca de nuestros propios dragones:

“El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” 2 Timoteo 4:18 LBLA

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