“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17)
En 1505, a la edad de 22 años, Martín Lutero dejó de estudiar leyes en la universidad de Erfurt e ingresó a la orden de los monjes agustinos, siendo ordenado como sacerdote en 1507. Al viajar a Roma para presentar algunos asuntos pertinentes a la orden Agustiniana, Lutero descubrió la corrupción de la iglesia católica y el énfasis en la venta de indulgencias y reliquias que enriquecían cada vez más al clero. Desilusionado de la iglesia y del papado, pero no de Dios, regresó a sus labores como profesor en Wittenberg. En 1516, al preparar un estudio titulado La Justicia de Dios, basado en Romanos 1:17, Lutero llegó a un entendimiento distinto al que prevalecía en la iglesia medieval: “El hombre puede estar bien con Dios, no por una justicia propia que provenga de la persona misma, sino por una justicia que es una declaración de Dios, que imputa la justicia de Cristo por medio de la fe, al creyente, y los pecados del creyente, por medio de la fe, a Cristo, pagando Él en la cruz nuestros pecados.”, comprendiendo así que la justificación es sólo por Gracia y por la fe en Jesús.
Hace ya 505 años que Lutero inició a la Reforma protestante, el 31 de octubre de 1517, clavando en la puerta de la Iglesia de Wittenberg sus 95 tesis, censurando las prácticas de la iglesia católica, como la venta de indulgencias y la acumulación de bienes materiales. Mediante una bula papal llamada Exsurge Domine, Lutero fue excomulgado en 1521 y convocado a presentarse ante el Papa en Roma; sin embargo, EL príncipe Federico el Sabio intercedió a su favor, por lo que en ese mismo año fue convocada una Dieta en la ciudad alemana de Worms prometiéndosele que podría llegar e irse de la reunión sin daño alguno, independientemente de cuál fuera el resultado. Se le solicitó retractarse de todos sus escritos, pero Lutero se negó, a menos que la Escritura lo convenciera, ya que no confiaba en papas ni concilios que habían demostrado equivocarse varias veces; su conciencia estaba cautiva a la Palabra de Dios. La Reforma no concluyó sino hasta la Paz de Westfalia en 1648, con la aceptación de los principios de soberanía territorial, la no injerencia en asuntos internos y el trato equitativo entre los Estados, independientemente de su tamaño o fuerza.
Entre los resultados que tuvo la Reforma destacan los siguientes:
a) Después de casi mil años, el Sacro Imperio Romano se dividió en diversas corrientes religiosas y nacionalistas, provocando conflictos armados como la Guerra de los Treinta años (1618-1648). Su final fue la fragmentación del imperio hasta su disolución formal en 1806, preparando el surgimiento de los estados-nación modernos;
b) Se desconoció la autoridad del Papa y la jerarquía eclesiástica, permitiendo la recuperación de los valores del cristianismo primitivo y la interpretación personal de la Biblia. Lutero reconoció a Jesucristo como único mediador entre Dios y los creyentes, y aceptó solo dos sacramentos: el bautismo y la eucaristía. Rechazó la inmaculada concepción de María y su ascensión a los cielos, la veneración de las imágenes y el purgatorio;
c) Redujo la influencia del Papa y aumentó el poder de los monarcas europeos y fortaleció la importancia de la burguesía en la mayoría de países del norte;
d) La iglesia católica inició una contrarreforma para frenar el avance de los protestantes, adoptando cambios en los sacramentos, robusteciendo la figura del Papa y reduciendo el comercio de indulgencias;
e) Aumentó la persecución y asesinatos de los judíos por parte de los seguidores de ambas creencias. Lutero pensó que los judíos apoyarían sus ideas, pero la mayoría lo ignoró y mantuvo sus dogmas del judaísmo;
f) Sentó las bases de la teología reformada conocida como las Cinco Solas:
Sola Scriptura. La autoridad es completamente de la Escritura, la cual se interpreta a sí misma;
Sola Fide. La salvación es únicamente a través de la fe. No rechaza las buenas obras, pero no son requisito para la salvación, sino su consecuencia natural;
Sola Gratia. La salvación es solamente por Gracia, un favor inmerecido de Dios. No hay nada que podamos hacer para merecerla y obtenerla;
Solus Christus. La Gracia se manifiesta solo a través de la persona de Cristo y su obra en la encarnación, vida perfecta, muerte de cruz, resurrección y ascensión. La fe salvadora es sólo a través de Cristo; y
Soli Deo Gloria. El propósito final y más grande es que Dios sea glorificado en todo;
g) Permitió también la traducción de la Biblia a diversos idiomas, entre ellos el alemán, el inglés, el francés y el español.
Ante todos estos grandes avances, no debemos perder la bendición de leer la Biblia en todo momento, ya que es fuente de guianza, corrección, fortaleza, sabiduría y amor. Mediante su lectura y aplicación práctica obtendremos una vida plena e ilimitada y seremos de bendición para los demás.