Una característica principal de la iglesia de Cristo es que, quienes la conforman, saben la importancia de interceder por las necesidades de otros.
El apóstol Pablo nos da ejemplo de esto atreviéndose a orar por los que estaban enfermos poniendo la necesidad de otros por encima de la propia.
La iglesia de hoy debe abandonar esa tentación de la religión posmodernista de buscar sólo el beneficio personal, abandonar la oración hedonista de pedirle a Dios solo por nuestra conveniencia o comodidad y seguir el ejemplo de la iglesia universal verdadera en todos los tiempos, es decir, usar el poder maravilloso de la oración y la intersección para pedir por otros más o antes que por uno mismo.
Hoy podemos orar por los enfermos, podemos orar por lo que tienen miedo, orar por los que están en riesgo, orar por los débiles y frágiles en su salud o en su fe, orar por lo que no conocen a Cristo, orar por nuestras autoridades, orar por nuestro país...
Oh hay tantas personas a nuestro alrededor y todas seguro tienen una necesidad, Dios nos llama a pedir atención por ellas más o antes que por nosotros, y en el proceso, Dios que es tan bueno y grande en misericordia, pondrá atención también en lo que nosotros mismos necesitamos.
