La iglesia es sin duda la beneficiaria directa de la Gracia de Cristo, aún la Gracia común que sostiene con vida y provee alimento a toda carne es por causa de los escogidos pues aún hay algunos que serán salvados.
Sin embargo, el propósito de Dios para Su Iglesia no es solo recibir sino que también sea activa en la expansión de Su Reino. Todo lo que hemos recibido de Su mano, por Gracia lo hemos recibido y Él nos exhorta a darlo igualmente por gracia.
Notemos que los puntos mencionados en esta ordenanza son respecto a la necesidad de otros, de enfermos, leprosos, muertos y endemoniados, todos consecuencia de la vida sin Dios. Necesitados de la revelación de Dios en Su Palabra, necesitados del Evangelio de la Vida que es Cristo.
Hacer todo lo que se nos a ordenado apenas nos calificaría como siervos inútiles, no más. Entonces, la obediencia no es esperando recompensa, más aún así debemos obedecer. Dios espera el cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:16-20) y el no cumplimiento de esta debe preocuparnos pues es una necesidad para la iglesia cumplir la voluntad de Su Señor.
Que Dios nos ayude y aprovechemos cada oportunidad para cumplir la necesidad que nos ha sido impuesta, ¡Ay de nosotros sino anunciamos el Evangelio!
