“Pues, «¿Quién puede conocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para enseñarle a él?». Pero nosotros entendemos estas cosas porque tenemos la mente de Cristo.” 1 Corintios 2:16 NTV

¡Urge que esta verdad golpee la conciencia de la iglesia de hoy! 

El mundo está creando su propia ideología de las cosas, el hombre está generando conceptos e ideas basados en sus concupiscencias, pecados, egoísmos y corruptelas; impregnando cada rincón de la sociedad y lo más grave aún de las mismas iglesias.

Pablo advierte que la iglesia tiene la mente de Cristo, por lo tanto, la iglesia debe caminar conforme al pensamiento profundo, exacto, actual, integral, incluso radical que la biblia nos provee.

La iglesia debe caminar de manera decidida en sus propias convicciones y estás deben estar firmes en la cosmología bíblica y no en la visión de los hombres. Pablo nos da la certeza de que sí podemos aprender y vivir los conceptos de Dios pues tenemos la mente del Señor para hacerlo y así poder aprender, defender y avanzar contra las corrientes de pensamiento contrarías a Cristo y su palabra, tales como evolucionismo, ateísmo, razismo, hedonismo, gnosticismo, humanismo, ecumenismo y más recientemente feminismo e ideología LGTB (homosexualismo); firmes y con convicción ante pensamientos que promueven el aborto, el adulterio, el sexo prematrimonial, el divorcio, el odio a los padres, la ley del menor esfuerzo, la identidad de género y la educación obligada en manos del estado y no en la familia entre otras, muchas otras ideologías y costumbres que quieren impregnar en nuestra mente y alejarnos de una manera de pensamiento cristiana y bíblica.

La mente de Cristo es cambiar nuestra manera de pensar y no aceptar la que el mundo ofrece o promueve, por más lógico o conveniente que parezca y en su lugar llenar nuestro pensamiento, y en consecuencia nuestra manera de vivir, de aquello que sea digno, honre a Dios y bendiga la vida de otros.

“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”

Romanos 12:2 LBLA