“Y los discípulos estaban continuamente llenos de gozo y del Espíritu Santo.” Hechos 13:52 LBLA

La obra que le ha sido encomendada a la iglesia no podría hacerse con las fuerzas limitadas de nuestra humanidad. Es tan grande e importante que se hace menester la ayuda sobrenatural de Dios en nosotros. Por eso es que nos fue dado el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad.

La expansión del reino de los cielos y la predicación de la vida eterna por medio de Jesucristo es algo tan sublime que difícilmente es entendida y aceptada por los hombres por un lado y despierta enemigos humanos y diabólicos por otro, así que solo la obra sobrenatural del Espíritu Santo puede lograrlo, sólo Él puede ablandar los corazones y humillar las conciencias destruyendo fortalezas y abriendo camino para que el evangelio avance.

Una iglesia llena del Espíritu Santo es transformada, regenerada para dar el mensaje correcto de parte de Dios, por que la llenura del Espíritu Santo nos provee de la fe suficiente, la fuerza necesaria, la valentía y la sabiduría que de nosotros por nosotros mismos jamás tendríamos; sólo Él como el gran maestro que es y el perfecto consolador nos da el gozo, la Paz y el arrojo para no desmayar y disfrutar de la gran tarea de ser discípulos y el gran privilegio de ser hijos de Dios.