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06 Junio

La iglesia canta

Written by  Marcial Sánchez

La iglesia canta, ¡Debido a que somos creyentes gozosos!, llenos del gozo que produce obedecer a Dios. 

El salmista (el dulce cantor de Israel, el rey David), hace una afirmación “Jehová es mi fortaleza y mi escudo”, Dios es para David su fortaleza y su escudo. 

¿Fortaleza? La fortaleza puede ser un lugar como un castillo amurallado, (una ciudad fuerte, Isaías 26:1), con todo detalle diseñado para sostener, soportar o resistir embates, en nuestra vida, la Biblia nos indica que “muchas son las aflicciones del justo pero de todas ellas le librará Dios” Salmo 34:7, sabes... ¡Dios quiere ser tu fortaleza y tu escudo!

¿Escudo? El escudo es un arma de defensa, se utilizaba de muchas maneras, una de ellas era en la lucha cuerpo a cuerpo, y se adaptó para resistir los embates de diferentes armas, la Biblia menciona que “ninguna arma forjada en contra nuestra prosperará” Isaías 54:17

Si, Dios es nuestro escudo contra toda circunstancia por más adversa que parezca, podemos estar seguros resguardados en Él.

El salmista continúa diciendo: “en Él confió mi corazón”, para David no eran solo ideas o conceptos, vivía en esa convicción y decidió actuar. Depositó su confianza en el Señor, porque lo conocía, sabía que solo en Él podía descansar y confiar su corazón. Dios no era un extraño, es su amigo, es su Dios. ¿En quién confías? debes saber que es una delicia vivir confiado, permanecer confiando, pero, ¿qué hacer? Decidir confiar. Decidamos obedecer este mandato divino, creamos y confiemos en Dios, entonces Él será tu delicia.

Así como el Salmista reconoce “y fui ayudado”. La iglesia debe reconocer que necesita ayuda. La Biblia dice: “mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra” Salmos 121:1 toda la ayuda que necesitamos viene de Dios.

Ahora, observamos el beneficio de obedecer al confiar en Dios, en la expresión “por lo que se gozó mi corazón”, ¡Alcanzamos el gozo en nuestro corazón! ¡En la presencia de Dios somos las personas más seguras sobre la faz de la Tierra! 

Dios llena de esperanza cada corazón que pone su confianza en Él, nuestro corazón es inflamado del gozo divino que nos lleva a la acción de alabarle con cánticos.

La iglesia actúa como el salmista, quien decidió ¡confiar en Dios! La iglesia se llena de gozo al aceptar esta invitación a confiar, ¡entonces la iglesia canta!, al Dios de su Salvación

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