Isaac Watts nació el 17 de julio de 1674 en Southampton, Reino Unido, y fue el mayor de 9 hermanos. Desde muy pequeño Isaac fue un muchacho brillante, con un don especial para la poesía. Con frecuencia expresaba sus pensamientos en prosas, habilidad que usaría a lo largo de muchos años para la gloria del Señor y la edad de 16 años hablaba Latín, Griego, Hebreo y Francés. A los 20 años Isaac se aburrió de los cantos de su congregación, en la cual solamente se podía cantar himnos cuya letra fuera tomada literalmente de las Escrituras. Por lo general, las rimas y la música no eran adecuados para el canto congregacional. Además de esto, los cánticos no contenían ninguna de las enseñanzas del Nuevo Testamento ni tampoco sobre el Señor Jesucristo o la Iglesia.
Un domingo, el joven Isaac, regresó de la reunión un tanto decepcionado con el canto en la congregación. Al llegar a casa, Isaac hizo saber su queja a su padre, quien le respondió: “Muy bien, jovencito, entonces, ¿Por qué no escribes algo mejor tú mismo?” Y eso fue lo que Isaac hizo. A partir de ese momento, comenzó a escribir un himno cada domingo por más de dos años y, a lo largo de toda su vida, escribió más de 600 himnos excelentes que todavía cantamos. Muchos cristianos protestantes y católicos lo criticaban porque sus cantos no eran literalmente inspirados. Su respuesta era: “Si podemos orar a Dios con nuestras propias palabras, entonces de seguro también podemos cantarle con nuestras palabras.”
Su hermano quiso animarlo a que publicara los himnos que había escrito para el provecho de todos. Le dijo, “Hay una gran necesidad de una pluma, viva y vigorosa como la tuya, para avivar y levantar la moribunda devoción de la época”. Isaac publicó su himnario “Himnos y Cánticos Espirituales” en el año 1707.
Letra en español
Autor: George Bennard (1873-1958)
Base bíblica: Gálatas 6:14
En la Cruz
1.
Me hirió el pecado, fui a Jesús,
mostrele mi dolor;
perdido errante, vi Su luz,
bendíjome en Su amor.
CORO
En la cruz, en la cruz,
do primero vi la luz,
y las manchas de mi alma yo lavé.
Fue allí por fe do vi a Jesús,
y siempre feliz con Él seré.
2.
Sobre una cruz mi buen Jesús
Su sangre derramó;
por este pobre pecador,
a quien así salvó.
3.
Venció a la muerte con poder
y el Padre le exaltó;
confiar en Él es mi placer.
Morir no temo yo.
4.
Aunque Él se fue solo no estoy,
mandó al Consolador;
Divino Espíritu que hoy
me da perfecto amor.
