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05 Mayo

El consuelo de Dios

Written by  Alejandro Corzo

“Pues aun cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún reposo, sino que nos vimos atribulados por todos lados: por fuera, conflictos; por dentro, temores. Pero Dios, que consuela a los deprimidos, nos consoló...” 2 Corintios 7:5-6 LBLA

Pablo narra como él y la iglesia en Macedonia vivían situaciones iguales a las que la iglesia de hoy vive. Conflictos por fuera: Necesidades materiales, desajustes familiares, desempleo, enfermedades, epidemias, pérdidas... Y por dentro temores, preocupaciones, tristezas, confusiones...

Pero luego de esa expresión obscura y desalentadora que narra el apóstol Pablo, la luz de la esperanza y la confianza se levanta cuando expresa firmemente que es Dios también el que consuela.

No te sientas extraño si te agobias o te sientes triste por lo que sucede alrededor, no sintamos vergüenza por llorar o tener temor, ¿quién recibe un golpe o sufre una caída y no siente dolor? Es ahí, precisamente, donde se abrirá la puerta del consuelo, del gran consuelo que solo la fe en Jesucristo nos da, el consuelo que trae paz y seguridad en el futuro. Como un madre que corre a levantar a su hijo que cayó y se raspó las rodillas y con un abrazo trae seguridad y confianza, así Dios no faltará en llegar a ti y con su palabra y su Espíritu Santo hacerte saber que El está a tu lado.

Posiblemente las circunstancias actuales y externas no cambien, pero si lo hará tú vida interior para que no terminemos postrados y destruidos por el dolor.

Esa es la gran diferencia con los que no tienen a Dios. Los que conformaos la iglesia lloramos, sufrimos y nos debilitamos ante los golpes alrededor como cualquier ser humano, pero tenemos una seguridad que nos consuela, nos fortalece y nos levanta para seguir adelante.

Recibe el gran consuelo que sólo Jesucristo puede darte.

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