“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.” 1 Pedro 5:7 NTV

Una palabra que aparece en versiones antiguas de la Biblia, aunque ya no en las más recientes, es la palabra “providencia”. La cual se refiere a la capacidad que Dios tiene de ver lo que es mejor para nosotros, aún antes de que nos suceda, siendo así la providencia el cuidado, la provisión y el auxilio de Dios para su iglesia en todo momento. Esto es algo que la iglesia del principio sabía y por ello el apóstol Pedro se encarga de recordarlo a los cristianos de aquel tiempo, y ahora, por su palabra a los cristianos de hoy.

Muchas veces cuando nos encontramos en algún aprieto o situación difícil y repentinamente parece que llega la solución, tendemos a decir que fue un milagro, pero en realidad estamos siendo testigos de la providencia de Dios. Un milagro es cuando las reglas o leyes de la naturaleza son vencidas, (como caminar en el agua o resucitar un muerto) pero cuando salimos de un problema, recibimos un aumento de sueldo inesperado, nos hacen un regalo que nos será muy útil, nos encontramos con alguien que nos da el consejo o el apoyo exacto, incluso la sanidad de algunas enfermedades, son ejemplos de la providencia de Dios que mira nuestra necesidad de antemano y trabaja a favor de nosotros para ayudarnos o proveernos.

La providencia es en suma, una manifestación de la soberanía de Dios que nos debe hacer confiar en que Él, el buen pastor, sabe lo que es mejor para nosotros. Podemos descansar y estar seguros en esta verdad y en consecuencia recibir paz y tranquilidad de que, pase lo que pase, su providencia nos acompañará.

“Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.” Salmos 34:15